Hace justo un año escribía en este mismo espacio un artículo sobre la promoción del talento femenino en las carreras tecnológicas y científicas. El 8 de marzo vuelve al calendario para recordarnos la distancia que todavía separa a hombres y mujeres. Efectivamente, sería ingenuo pensar que en 365 días se puede esperar un profundo cambio, pero no es menos cierto que es necesario acelerar los cambios que lleven a la igualdad entre mujeres y hombres.
Esta idea de fondo se refleja en el lema conmemorativo del Día Internacional de la Mujer de este año: “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”. En esta ocasión, la ONU hace especial hincapié en el nuevo paradigma laboral a raíz de la progresiva introducción de las nuevas tecnologías. Estas tecnologías permiten un escenario laboral a priori más flexible, pero en el que es imprescindible que mujeres, hombres, empresas y gobiernos trabajen conjuntamente para respetar el espacio, las oportunidades y la conciliación.
Algunas de las medidas que propone la ONU pasan por cerrar totalmente la brecha salarial, a partir de la premisa “con la misma preparación, la misma remuneración”. También es importante redistribuir las tareas de liderazgo de forma equitativa entre hombres y mujeres. En este sentido, es urgente que pongamos sobre la mesa cuestiones como si es adecuada la aprobación de cuotas. Aunque se trate de un tema polémico, es importante valorar si es una vía factible para poner fin a años desigualdades.
Otro día importante a marcar en el calendario y muy relacionado con nuestra celebración de hoy es el 22 de febrero, Día por la Igualdad Salarial, y es que es una realidad que las mujeres tienen una menor remuneración que los hombres por igual trabajo. En el conjunto de la Unión Europea, según datos de la Comisión Europea, la diferencia salarial entre hombres y mujeres varía entre el 29,9% registrado en Estonia y los 3,2% en Eslovenia. El promedio fue del 16,4% en 2013. Según estos datos, la brecha salarial de España está tres puntos por encima de esta media (19,3%).
Una de las principales causas de la diferencia de sueldo general es la configuración de la jornada. Tres veces más mujeres que hombres deciden optar por un modelo de jornada reducida. Para muchas de ellas, ésta es la única forma de conciliar vida personal y profesional. Esto no solamente impacta en las ganancias, también lo hace en los beneficios sociales y lamentablemente muchas veces en la propia proyección profesional.
Espero que con el trabajo conjunto podamos cambiar las cosas en poco tiempo y con datos que por fin reflejen que se han hecho grandes progresos. Hoy toca celebrar este importante día.