El gas natural, una de las fuentes de energía más respetuosas con el medio ambiente, desempeñará un papel importante en el camino hacia una economía baja en carbono. Es cierto que este proceso de transición llevará algo de tiempo, ya que las tecnologías de almacenamiento deben aún mejorar para ofrecer una energía más confiable y a precios más competitivos.
Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), en una economía global que crece a una tasa promedio de 3,4% anual, con unas proyecciones de población de los 7.400 millones actuales a los más de 9.000 millones previstos en 2040, “el gas natural será el líder de un mercado energético en que las renovables van a ganar más y más peso”, detalla en la edición 2017 de su informe World Energy Outlook, titulado ‘Un mundo en transformación’.
El gas natural y las renovables serán el binomio energético de los 25 próximos años, según el pronóstico adelantado por la IEA, ya que el primero es la única forma de energía ampliamente disponible a corto plazo con capacidad para bajar las emisiones de CO2.
El gas natural es reconocido por su eficiencia, limpieza y sus precios competitivos y es el aliado esencial para el desarrollo a gran escala de la energía eólica y la energía solar. Como estas fuentes renovables no siempre están disponibles para responder a la alta demanda de los picos de consumo, las centrales eléctricas de ciclo combinado serán su mejor respaldo.
Si hipotéticamente usáramos el gas natural para reemplazar el carbón en toda Europa, los gases de efecto invernadero caerían inmediatamente hasta en un 81%. La reducción sería entre 40% y 50% para la calefacción si se sustituyera por el gasoil y el 25% para el transporte si la gasolina fuera reemplazada por gas natural vehicular, según los datos de la IEA.
Otra aplicación del gas natural, de actualidad y con gran futuro en España, es la cogeneración. Es uno de los sistemas de producción conjunta de energía térmica y eléctrica que permite importantes rendimientos globales del combustible y una notable reducción de las emisiones contaminantes.
También se está avanzando en el campo del biogás, es decir, el gas producido a partir de materia orgánica, lo que lo convierte en una fuente de energía totalmente renovable que ya se usa en algunos sistemas de transporte y calefacción urbana.
Siete atributos que hacen del gas natural el complemento ideal a las renovables
- Fiable: asegura el suministro en momentos de no disponibilidad de energías renovables.
- Ecológico: mejora la calidad del aire (eliminación de SO2, NOx y NO2, y reducción de las emisiones de CO2).
- Maduro: dispone de infraestructuras modernas ya desarrolladas.
- Potente: tiene un elevado poder calorífico y su versatilidad la hace apto para cualquier proceso industrial.
- Seguro: cumple con los estándares más elevados.
- Barato: comparado con la electricidad y los combustibles tradicionales.
- Disponible: hay reservas probadas de gas natural.
La Unión Europea está firmemente comprometida con la lucha contra el cambio climático y, en esa línea, su paquete de invierno (Winter Package, por su nombre en inglés) sitúa al gas en el centro de la futura política energética europea.
La progresiva descarbonización de la economía mundial abre al final nuevas oportunidades. El sector gasista debe aprovechar sus fortalezas y dar a conocer su papel estratégico como la energía tradicional más limpia, ampliamente disponible y aliada de las renovables.