“Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”, este es el lema con el que la ONU quiere hacernos reflexionar este 8 de marzo sobre la situación de la mujer ante la Covid-19 y el impacto de la pandemia en la igualdad de género.
Las crisis económicas afectan con más dureza a las mujeres y esta no está siendo una excepción, según Naciones Unidas. La Covid ha impactado especialmente a los trabajos y las empresas de mujeres, y ellas son susceptibles de enfrentarse con más obstáculos a largo plazo para su participación en el mercado laboral. La Organización Internacional de Trabajo constata que, a nivel mundial, las mujeres y los jóvenes son los más afectados por la disminución de la ocupación y advierte sobre el riesgo de “una recuperación incierta y dispar”, que pueda incrementar las desigualdades.
Ante este contexto, y en un momento tan complejo como el actual, en el que la capacidad de resistencia, de esfuerzo, de creatividad y de reinvención están siendo tan necesarias, quiero reivindicar el papel protagonista de la mujer en conseguir un entorno de normalidad, dentro de la gran excepcionalidad que estamos viviendo. Y, más concretamente, poner en valor la contribución decisiva de las profesionales de la energía a la resiliencia que está demostrado nuestro sector ante esta crisis.
Hemos prestado en todo momento, y en las circunstancias más adversas, un servicio esencial para la población como es el suministro de energía. Esto ha sido posible gracias a que han estado al pie del cañón excelentes profesionales, entre ellos muchas mujeres en todo tipo de roles, también técnicos y críticos. Desde aquellas que han estado en las infraestructuras, donde la incorporación femenina continúa en aumento, hasta quienes desde las áreas de digitalización y sistemas han facilitado diésemos con éxito el salto al teletrabajo de forma masiva, o quienes han liderado la salud, seguridad y planes de emergencia en plena crisis sanitaria.
En el caso de Enagás, me vienen a la cabeza muchos nombres y, aunque no puedo citarlas a todas, sí voy a poner dos ejemplos en representación de sus compañeras en la compañía y en el sector. En nuestras infraestructuras contamos con mujeres en la posición de directora, de jefa de operación, de mantenimiento, de jefa de equipo, operadoras… una de ellas es Ángela Rodríguez, que trabaja en la Planta de Regasificación de Huelva, una de las terminales en las que profesionales como ella incluso estuvieron confinados en autoautocaravanas para garantizar la continuidad del servicio.
Otro ejemplo es Susana de Pablo, que está al frente de nuestro Centro Principal de Control, el “cerebro” del Sistema Gasista de España. Desde allí se ha trabajado con más intensidad que nunca, como siempre en tiempo real y las 24 horas del día, para asegurar el buen funcionamiento y el suministro de gas incluso en los peores momentos del confinamiento.
El liderazgo de las mujeres en la compañía ha ido evolucionando hasta superar la paridad en los puestos directivos de negocio, y representa un 37,1% si hablamos del total de directivas y pre-directivas. Estos avances, y el habernos posicionado como la tercera empresa a nivel mundial en el Índice de Igualdad de Género de Bloomberg, son estímulos para seguir mejorando.
Esta evolución está teniendo lugar en todo el sector, con mujeres directivas y también primeras ejecutivas, como por ejemplo María Rita Galli, nombrada hace unas semanas Consejera Delegada de nuestra participada DESFA, el operador de la red de gas griega.
La reconstrucción post Covid es un punto de inflexión y una oportunidad de contribuir a un futuro mejor, a frenar el cambio climático y a avanzar hacia la neutralidad en carbono. En esta transformación de nuestro sector, ¿qué papel ocuparán las mujeres? La transición ecológica y los nuevos vectores energéticos como el hidrógeno pueden ser un impulso para potenciar su protagonismo y liderazgo, integrando su experiencia en la toma de decisiones estratégicas y, en definitiva, promover su incorporación de una manera aún más plena a un sector energético más sostenible.
Así lo contempla el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía del Gobierno de España, que tiene cuatro líneas de trabajo cruciales: la transición ecológica, la transformación digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial. La recuperación sin dejar a nadie atrás que estamos construyendo entre todos tiene, no sólo que evitar un retroceso en los avances logrados en diversidad e inclusión en las últimas décadas, sino aún más, conseguir acelerarlos.