El siguiente gráfico de la web del economista Max Roser, Our World in Data , nos muestra el tiempo que tardó la población mundial en doblar su número: en el año 837, había en el planeta 250 millones de seres humanos. Pero no fue hasta 1543 cuando se alcanzó la frontera de los 500 millones y hasta 1803 la de los 1.000 millones. A partir de ahí, la cosa se acelera: 2.000 millones en 1928, 4.000 millones en 1975 y, para 2024, las previsiones hablan de 8.000 millones de habitantes. Y la ONU calcula que la cifra ascenderá a 11.000 millones a finales de este siglo.

Población

La razón por la que se ha disparado la población desde 1800 es que hemos logrado enormes mejoras en la prevención de algunos de los riesgos que amenazaban la vida humana en siglos precedentes (enfermedades, hambrunas, pobreza en niveles de subsistencia…). Los avances médicos, tecnológicos, económicos y sociales nos han permitido conseguir una muy superior esperanza de vida, al mismo tiempo que mejoraban las condiciones en las que habitaba la mayor parte de la humanidad. Es uno de los grandes logros de nuestra historia y debemos celebrarlo como se merece.

Este crecimiento de la población también nos plantea importantes desafíos. Destacaré aquí tres que, aunque no son los únicos, sí están entre los más importantes:

  • Alimentación – agua: es imprescindible tener en cuenta la producción y distribución de los productos básicos que permitan alimentar a esa población creciente. Los avances tecnológicos, entre ellos las técnicas de riego más eficientes y las técnicas de cultivo que son capaces de producir más alimentos con menos recursos, serán clave. Afortunadamente, las previsiones que en estos dos últimos siglos han apuntado a una carencia de alimentos a nivel mundial, nunca se han cumplido. Hemos sido capaces de aumentar la producción por encima de la población. Ahora el reto es que llegue a todos y que la calidad y cantidad sea suficiente.
  • Medio ambiente: no se puede desligar del resto de los componentes de la lista. El Mundo en 2050 tendrá que ser más verde. Afortunadamente, este tema, que durante años parecía que costaba introducir en la agenda de los políticos de todo el mundo, ya es una prioridad para casi todos ellos. En este contexto, el gas natural y los gases renovables pueden ser energías clave en ese mix más sostenible desde una perspectiva que aúna la preocupación medioambiental con el crecimiento económico y la seguridad de suministro.
  • Energía: siguiendo con el punto anterior, el mundo en el futuro necesitará más y mejor energía, más accesible, más repartida geográficamente y más versátil. En Enagás lo sabemos y con esa misión trabajamos cada día. Necesitamos fuentes de energía que permitan mantener el crecimiento económico de una forma sostenible. Tenemos muchos recursos a nuestra disposición y el objetivo es aprovecharlos todos con eficiencia. En este punto, estamos convencidos de que el gas natural combina tres características clave que lo hacen imprescindible en cualquier solución equilibrada: fiabilidad tecnológica, eficiencia económica y sostenibilidad ambiental. Los gases de origen renovable que mencionaba antes, como el biogás o el hidrógeno, también son energías limpias que pueden desempeñar un papel fundamental en el futuro sin necesidad de grandes inversiones, pues pueden ser transportados por la red actual de gasoductos.

Sobre todos estos temas podemos reflexionar hoy, 11 de julio, Día Mundial de la Población. En la actualidad, hay más de 7.600 millones de habitantes en el mundo, e identificar nuevas oportunidades para el desarrollo profesional y social de las personas es cada vez un reto mayor. El objetivo de alcanzar una sociedad cada vez más próspera y sostenible nos obligará a recurrir a la imaginación y a trabajar muy duro, cada uno desde nuestro ámbito de acción, pero la recompensa es de sobra alentadora.