Los Estados no son los únicos entes responsables de la salvaguarda de los Derechos Humanos. Esta frase que a priori puede parecer una cuestión obvia, no cobró auténtico sentido hasta hace cinco años aunque el debate estaba abierto desde comienzo de los años 90.
Fue en una Asamblea de las Naciones Unidas cuando se comentó por primera vez la necesidad de crear un documento que abordara este asunto. En ese momento, la expansión de las multinacionales privadas y el inicio real de la llamada “era de la globalización”, planteaba la necesidad de crear mecanismos para recordar el impacto social de las empresas en la sociedad.
Con este nuevo enfoque, el profesor John Ruggie presentó en 2008 un conjunto de 30 fundamentos que fueron aprobados tres años más tarde y que buscan principalmente “proteger, respetar y remediar”. Los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos hablan principalmente de:
- Recordar el papel que tienen los gobiernos para hacer respetar, vigilar el cumplimiento y garantizar las libertades básicas de los ciudadanos, especialmente a la hora de crear organismos de control que las salvaguarden.
- Acordar un marco legal y común para que las empresas sean órganos especializados que forman parte de la sociedad y desempeñan funciones especializadas. Y por lo tanto, deben someterse al cumplimiento y el respeto a los derechos humanos igual que cualquier otra institución.
- Definir aquellos recursos que se pondrán en marcha en caso de que se detecte un caso de vulneración de los derechos básicos de las personas.
Estos puntos también mantienen una estrecha relación con el Pacto Global lanzado desde las Naciones Unidas y que trata precisamente del compromiso de las empresas respecto a la salvaguarda de los DDHH. En este caso se trata de un acuerdo de libre adhesión para aquellas empresas que quieran, de forma totalmente voluntaria, comprometerse con estos diez principios que van desde la eliminación del trabajo forzoso o infantil hasta la notificación de cualquier práctica de corrupción de la que se tenga constancia.
Enagás forma parte del Pacto Mundial de las Naciones Unidas desde el año 2003. La compañía renueva periódicamente su compromiso y da cuenta de forma pública y transparente de los avances a través de su Informe Anual en la página web de la Red del Pacto Mundial.
En Enagás reflejamos nuestro compromiso con el respeto de los derechos humanos en el Código ético y en las Políticas corporativas. Además, nuestro Plan de Gestión Sostenible contiene controles y acciones para asegurar su cumplimiento, incluyendo el traslado de nuestros compromisos a los proveedores y business partners.
Si quieres saber más sobre este asunto, te invito a consultar el Informe anual 2015 en el que detallamos el modelo de gestión de los derechos humanos en Enagás y como garantizamos su cumplimiento.